Sol en exceso, FPS y fototipo de nuestra piel

Como ya decíamos en el anterior post, los baños de sol deben ser cortos y progresivos cuando ya empiezan a calentar los primeros rayos de primavera y acompañar la piel con una buena hidratación y nutrición para prepararla. ¿Por qué? Pues para hacer una exposición al sol moderada, consciente y respetuosa con nuestro organismo, pero ya lo explicábamos en el anterior post. Ahora vamos a ver qué pasa si hacemos exposiciones excesivas de sol.

Estos son los resultados:

• Quemar la piel. Provoca el envejecimiento de la piel y puede llegar a generar cicatrices, mareos, dolor de cabeza e, incluso, fiebre.
• Insolación. Se produce cuando el cuerpo ya no es capaz de seguir regulando la temperatura corporal y ésta continúa aumentando.
• Lesiones y patologías oculares. Los ojos son más sensibles que la piel.
• Envejecimiento prematuro de la piel.
• Cáncer cutáneo. Es bastante frecuente y no es el melanoma. La gente más afectada suele ser de piel blanca y ojos claros.
• Melanoma. Se desarrolla por factores genéticos predispuestos además de la exposición solar excesiva.

Todo esto lo podemos evitar con una exposición solar moderada, con hábitos saludables para nuestra piel y haciendo un buen uso del sol. Debemos recordar que el Sol nos es necesario pero que tenemos que cambiar los hábitos que tenemos y tomar conciencia de cómo nos cuidamos por dentro y por fuera.

Por dentro hay que cuidar con una alimentación ecológica y de temporada y por fuera con cremas, aceites y geles que nos hidratan la piel y nos nutran cada capa. ¿Por qué? Porque los rayos solares llegan en forma de radiaciones ultra violeta. De tres tipos concretamente: los rayos UV-C, los UV-B y los UV-A. Los primeros son los más perjudiciales para la vida pero no llegan a la tierra porque son absorbidos por el oxígeno y el ozono (sí, la famosa capa que nos estamos cargando…). Los segundos también son absorbidos por el ozono en una mayor parte y sólo llega un porcentaje mínimo en la tierra. El 98.7% de los rayos que llegan a la tierra son los UV-A. Estos rayos, en dosis altas, generan radicales libres en la piel que pueden ocasionar la lista que ya me mencionado al principio.

Pero la piel es sabía. Y ella ya sabe generar su propia protección natural. ¿Cómo? Transformando los rayos UV que nos llegan gracias a la melanina (una proteína que genera nuestra piel). Cuando se produce esta proteína es cuando nos empezamos a poner morenas (se queda en la piel unos días como protección, por ello, tomando el sol regular y moderadamente, estamos siempre morenas y, a consecuencia, protegidas). Pero la melanina no protege la entrada de todos los rayos UV y por eso hay que acompañar nuestra piel con productos que nos ofrece la naturaleza para continuar protegiéndola. Muchos aceites vegetales, mantecas y minerales tienen en su ADN factores de protección. Entre ellos: el aceite de avellana, la manteca de karité, el aceite de sésamo, el óxido de zinc, el aceite de oliva, el de coco…

¿Qué es el Factor de Protección Solar? El FPSE es el indicador de cuánto tiempo podemos aumentar el tiempo de exponer nuestra piel a la radiación solar sin que se empiece a poner roja. Por lo tanto, una protección del 50 no es una protección más alta que un 15 en cuanto a barrera sino en cuanto a tiempo. Por lo tanto, una piel que con 10 minutos ya se empiece a poner roja, con una crema de FPS 15 tardará 15 veces más en hacerlo, y por tanto, podrá alargar el tiempo de sol a dos horas y media. Pero cada piel tiene ritmos diferentes y hay que conocer qué ritmo tiene la nuestra.

A nivel general, las pieles, están divididas en fototipos. Del 1 al 6. ¿Cuál es tuyo? ¿Y qué FPS necesitarías con una exposición moderada a Sol de tu piel?

• F.1: Piel pálida (pelirrojos). Esta piel aguanta de entre 5 y 10 minutos al Sol sin ponerse roja.
• F.2: Piel clara. De entre 10 y 20 minutos al Sol sin ponerse roja.
• F.3: Piel morena – clara. Puede estar de 20 a 30 minutos al Sol sin ponerse roja.
• F.4: Piel morena. De entre 30 y 40 minutos.
• F.5: Piel oscura. Hasta 60 minutos.
• F.6: Piel negra. Hasta 60 minutos.

Y entonces, ¿cómo lo hacemos si todos necesitamos que nos toque el Sol? Las personas de fototipo más bajo generan menos melanina y, por tanto, tienen menos protección natural contra el sol, pero su piel puede sintetizar con menos solo la vitamina D que las personas de piel más oscura. Por lo tanto también necesitan menos sol.

¿Y por qué elegir un producto eco-natural para acompañar nuestra piel? Pues porque los sintéticos (los de toda la vida, o al menos de la mía) pueden provocar alergias y llevan componentes que son disruptores hormonales, endocrinos y nos intoxican el sistema nervioso (aparte de que todavía no se han podido estudiar los efectos que tienen a largo plazo). Además, crean una barrera superficial que no deja penetrar el Sol, ¡y el Sol lo necesitamos! Lo que sí que nos penetra son las moléculas de los ingredientes sintéticos que aquella crema puerta. Si en la lista de ingredientes de su crema solar salen las siguientes palabrejas, que os devuelvan el dinero, ¡la están contaminando!: benzophenone (+ un número), camphora benzalkonium, methosulfate, octocrylene, butyl, methoxydibenzoylmethane, drometrizole trisiloxane , ethilhexyl methoxydeibenzoylmethane, ethilhexyl triazone, homosalate, isopopyl dibenzoylmethane.

¡Y ya está! ¡Hasta aquí por hoy! Sólo quiero compartir una última cosa. Acompañar a nuestra piel durante el verano significa que no sólo hay que ponerse crema justo cuando llegamos a la piscina, en la playa o vamos de excursión a la montaña. La crema nos debe ir penetrando días antes de hacer la exposición para que cada capa de la piel esté bien nutrida y preparada cuando vamos al Sol. El mismo día que la tengamos que parar, aplicarnos la crema, al menos, una hora antes de tomarlo (y los golpes que necesitamos debajo, claro). Y después del Sol, es necesario que ayudemos a la piel con productos que la calmen y la relajen. Nuestra piel nos lo agradecerá y nuestra salud, también.

Pues eso, salud y hierbas!!

Judith